Por Alfonso RIvera-CINEUROPA
En la ópera prima de Óscar Martín, Javier Botet descubre que, en ocasiones, quien cree tener un colega no tiene un tesoro, sino una rata de dos patas con aviesas intenciones
Ya lo cantaba la gran artista mexicana Paquita la del Barrio en su enorme oda a la mezquindad, titulada Rata de dos patas: “Animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho, infrahumano, espectro del infierno, maldita sabandija, cuánto daño me has hecho…”. Pues pareciera que en esa agria melodía –hit en cualquier karaoke de barrio– se ha inspirado el cineasta Óscar Martín para escribir el guion de su primer largometraje, junto a los dos actores protagonistas de la película, Javier Botet y David Pareja.
Sus roles llevan nombres de pila como los suyos propios: Botet es Javi, un pobre hombre postrado en cama y silla de ruedas tras sufrir un terrible accidente, y Pareja es David, el –según dice él mismo– único amigo del primero, quien empieza a “desenfocarse” cuando se queda sin medicación tras llevar al primero a una aislada casa de campo, en vísperas de una tormenta de nieve, para cuidarlo y atenderlo… “cariñosamente”.
Javier Botet recibiendo recientemente el Blogo de Oro (Premios del Cine Español Independiente y Jurado del Premio de la Crítica en el Ibizaciefest)) a mejor interpretación masculina 2021.
Apenas dos personajes –con un par de actrices secundarias y alguna aparición sorpresa– para un cuento de terror, humor negrísimo y violencia poco contenida que homenajea al cine fantástico de serie B, que se facturaba en España allá por los años setenta y que tenía a Paul Naschy como máximo exponente.
Premiada en los certámenes Cinespaña de Toulouse y Nocturna Madrid International Fantastic Film Festival, además de haber pasado, entre otros, por Sitges y el Fantastic Fest de Austin (Texas), Amigo es un tour de force físico y psicológico entre los dos actores (amiguísimos de verdad y compañeros de aventuras humorísticas fuera de este film), que se enfrentan en un duelo enloquecido entre los muros de un único escenario y en un tiempo pasado en el cual no existían teléfonos móviles con los que pedir socorro.
Viéndola también se percibe que los intérpretes se lo han pasado a lo grande en este combate sin límites morales, donde Botet demuestra que haber interpretado a seres tan extraordinarios como la niña Medeiros en la saga REC], a la fantasmal progenitora de MAMÁ, al extraterrestre de LA REINA DE LOS LAGARTOS y a otros monstruos del montón, es un óptimo entrenamiento para una película sin apenas efectos especiales ni de maquillaje, pero a su mismo nivel de atrocidad.
Con momentos de la trama que pueden recordar a Misery, Mar adentro, La sombra del actor, ¿Qué fue de Baby Jane? (o hasta a la serie animada Heidi… si la hubiera dirigido Haneke) y, como bien indica su publicidad, Intocable, pero en clave malsana y perversa, Amigo –título irónico donde los haya– sorprende por su trasgresor planteamiento, nada cómodo ni tolerado para todos los públicos, y por su retrato de la locura, la dependencia y de lo cerca que puede llega a estar el amor del odio cuando la traición sustituye a la confianza.