En el verano 2013 y contra todo pronóstico Ibiza supo de la amenaza inminente de un proyecto de prospecciones petrolíferas en el golfo de Valencia por parte Cairn Energy. Era el punto de partida de una más que posible instalación de plataformas de extracción en el Mediterráneo, lo que suponía una amenaza para los ecosistemas y para el turismo de la isla.
Eivissa diu no!, una iniciativa ciudadana, visibilizó el problema y creó una corriente de rechazo que llegó a ser internacional y especialmente fuerte entre la población más joven, mientras que la Fundación para la Conservación de Ibiza y Formentera (IbizaPreservation) y un nutrido grupo de entidades tanto de la administración pública como de la sociedad civil y del tejido empresarial de las islas comenzaron a trabajar para la creación de la Alianza Mar Blava.
Todas estas entidades se unieron de una manera nunca antes vista en Ibiza con el objetivo de crear un frente común en contra de las pretensiones de la petrolera. Dejaron a un lado colores políticos y tendencias para unirse con una sola causa: evitar las prospecciones a toda costa.