En la Edad Media, la misericordia era un arma utilizada para aliviar la miseria de un caballero herido. Como término teológico, se refiere al perdón y la compasión. En francés se ha utilizado como invocación, especialmente en Esperando a Godot de Samuel Beckett: «¡Cristo, ten piedad de nosotros!» Que tal vez nadie escuche (o llegue) sigue siendo una angustia central, que se siente en la depresión, la adicción y otros trastornos, que son respuestas normales a una cultura cada vez más anormal.